En los próximos días, el juez Martín Del Viso, a cargo del expediente en donde se acusa por femicidio al empresario Francisco Sáenz Valiente por la muerte de Emmily Rodrigues, ocurrida en su piso de la calle Libertad en Retiro en medio de una fiesta de consumo de drogas, deberá resolver el planteo de la fiscalía del caso, que pidió revocar su falta de mérito y procesarlo con prisión preventiva.
El fiscal Santiago Vismara y la fiscal Mariela Labozzetta, titular de la UFEM, plantearon en su pedido de revocación que Rodrigues murió en medio de una “escena sexualizada” con preservativos en la basura, toqueteos y juguetes eróticos.
Una empleada de limpieza dijo que escuchó a Emmily pedir a los gritos que llamaran a la Policía | Por Federico Fahsbender https://t.co/76h5lSpcDp
— infobae (@infobae) April 27, 2023
También afirman que Saénz Valiente alteró la escena, con prendas de la víctima como su top rosa, que fueron hallados en lugares donde, de acuerdo a su relato, no deberían estar. Acusan al empresario de limpiar la escena. No se hallaron drogas, por ejemplo. Sin embargo, se encontraron “tres jeringas”, una con un líquido desconocido.
Según un análisis forense de los audios de los llamados al 911 realizados por la DATIP, el ala forense de la Procuración, una mujer que podría ser Emmily gritaba: “¡Me pincharon!” Sin embargo, la autopsia a su cuerpo no halló ninguna marca de punción.
También hay un testimonio de particular importancia para los fiscales, el único relato directo de lo que ocurrió el 30 de marzo que no proviene de las tres mujeres que estuvieron con Sáenz Valiente y la víctima esa noche. Es el de V., una empleada doméstica de 44 años que trabaja en el edificio, presente esa mañana.
“A las 9:14 horas aproximadamente, escuchó gritos de una mujer que decía que llamaran al 911, que llamaran a la policía, por lo que comenzó a mirar por la ventana para ver de dónde provenían, notando que se trataba de los pisos superiores”, comienza la transcripción de su relato, hecho en una comisaría porteña.
“También dijo que ella iba para el lado del living que da a la calle Libertad y los gritos se escuchaban ahí. Que después fue para la cocina y también se oían, y después para el lavadero y también se escuchaban. Que era una mujer, siempre la misma, quien a los gritos decía “llamen al 911, llamen al 911″ y ella oía llantos”. Luego, “le mandó un audio vía WhatsApp a Raúl, el portero, y le preguntó si escuchaba los gritos de una mujer que estaba pidiendo que se llamara a la policía”.
“Luego se dirigió hacia la ventana del lavadero, desde donde observó a una mujer en el piso 6º, de tez trigueña, con pelo largo color negro, que vestía una camisa de jean, que pedía a gritos “llamen a la policía”. Dijo que tenía una cara como de horror, asustada, estaba llorando y que detrás de ella había un hombre, de pelo corto, canoso, que gritaba “tranquilizate””, siguió.
Según su relato, “escuchó esa voz que decía “tranquilizate”, “tranquilizate” y venía de atrás de ella, por lo que atinó a preguntarle de qué departamento era y que esa mujer la miró, de lo que ella dedujo que que la chica entendió lo que ella le preguntaba, pero no recibió respuesta, pues se metieron para adentro –el hombre y ella– y salieron de la ventana”.