El bloque de Unión por la Patria dentro del Concejo Deliberante todavía no dio explicaciones sobre por qué uno de sus concejales está envuelto en una causa penal por estafa y asociación ilícita. Nadie le pidió la renuncia, ni se pronunció al respecto. Llama la atención también el silencio de Juntos por el Cambio, que hasta el momento no repudió el accionar del edil.

Se trata de Facundo Albini, quien fue mencionado en el expediente de la causa que investiga a los empleados fantasma de la Legislatura bonaerense, como uno de los jefes de la organización delictiva, que manejaría los hilos junto a su papá Claudio Albini, para hacerse del dinero del Estado a través de los famosos “ñoquis”. 

Ambos militan en el partido massista del Frente Renovador. Incluso, Albini hijo renovó su banca con el triunfo de Julio Alak en la intendencia de la capital bonaerense. El “turco” no dijo una sola palabra de este tema y prefirió callar. Él es quien le podría pedir que se aparte de su cargo momentáneamente hasta tanto se resuelva su situación procesal.

La fiscal Betina Lacki, titular de la UFI N°2 de La Plata, imputó al clan Albini y pidió su detención, la cual tiene que resolver el juez de Garantías Guillermo Federico Atencio. Fuentes judiciales aseguran que la decisión la tomará después de las elecciones, cuando la Cámara de Apelaciones resuelva un pedido de nulidad que hizo la defensa de Julio Rigau, más conocido como “Chocolate”.

La Sala III que tenía en su poder la decisión tuvo que ser renovada luego del escándalo que se generó cuando los camaristas Alejandro Villordo y Juan Benavides cerraron la causa y liberaron al puntero massista. Esto fue apelado por la querella integrada por la Fundación Poder Ciudadano, quien solicitó a Casación que reabra la investigación, y así fue. 

“Chocolate” fue nuevamente detenido y la causa siguió su curso. La Justicia procedió a peritar su celular. De allí se desprendieron chats con los dirigentes del Frente Renovador, pero también surgieron conversaciones con los dueños de las tarjetas de débito, a quienes Rigau les cobraba su sueldo para luego entregarlos al partido. Para los investigadores, ese dinero era usado para financiar la campaña de Julio Alak, de Axel Kicillof y de Sergio Massa.