El escándalo de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ocultando comida en plena hambruna en el país, fue la gota que colmó las maldades con las que se maneja el rejunte ultraderechista en el país. Un portazo fuerte recién lo pega la diputada Carolina Píparo.

La prensa porteña se dio por enterada de las declaraciones recientes de otra miembro de la ultraderecha en Argentina. Píparo lanzó los dardos hacia Milei, sus aliados y entorno: "Resulta que desde que se llegó al Gobierno, y les recuerdo que trabajé mucho para que eso suceda, no se puede disentir en una sola coma con los 'liberales'".

"Se convirtieron en un enjambre de violentos, ignorantes e intolerantes que defienden lo indefendible y creen que pueden cambiar algo desde un teclado. Se están convirtiendo en todo lo que ya vimos y rechazamos", dijo una ofendida Píparo, cuyas menciones pretenden equiparar al más salvaje derechismo caótico con las gestiones kirchneristas que hicieron historia en el país con las políticas públicas en derechos humanos, soberanía energética, alimentaria y recomposición del entramado educacional y sanitario.

Píparo dispara públicamente y quiere conservar su lugar de ultraderechista en el que por lejos se consolida como el peor Gobierno de la historia argentina.

La prensa oficialista, indicó: "La edil volvió a tomar distancia. Tras no conseguir un puesto en el Ejecutivo (esperaba ser nombrada al frente de la ANSeS), lo que ocasionó las primeras fricciones con el presidente Javier Milei. Píparo tuvo su primer traspié legislativo con los libertarios cuando votó diferente a ellos en cuanto al articulado de la Ley Bases, la primera vez que se trató pero no logró aval en la Cámara de Diputados y volvió a comisión".