Por el Ing. Modesto Miguez *
El término “tolerancia cero” puede generar reacciones negativas en quienes no conocen su significado, debido a que asumen que implica una ausencia de compasión, brutalidad policial o la represión de las libertades. Sin embargo, la esencia del concepto no es la intolerancia, sino la confianza.
Lo mal visto del concepto deviene de una degradación cultural y de valores de más de un siglo de antigüedad inmortalizado en el tango de E.S. Discépolo “el que no llora no mama y el que no afana es un gil”.
¿Entonces?, deberíamos rever el significado de algunas palabras y de cómo este cambió en pocas décadas, cuando de pequeños nos referíamos al vigilante de la esquina, veíamos en él a una persona que ayudaba a cruzar la calle a un no vidente a quien se le podía consultar cualquier cosa y respondía gentilmente, un representante del estado respetado y con la autoridad necesaria para que su sola presencia impusiera la ley, desalentando la ocurrencia de delitos y creando un clima de seguridad y protección.
Entonces el “vigilante” era bien visto, los militares podían caminar orgullosos con su uniforme y considerados por la comunidad servidores públicos defensores del orden y de los valores.
Los tiempos cambiaron y el vigilador, el militar, el policía son sinónimos de vigilante, botón, alcahuete, buchón, rati, ortiva, gorra, yuta.
Todos términos asociados a la mala fama de la tolerancia cero por personas que no tienen claro dónde está la línea divisoria entre la libertad y el libertinaje.
Hay antecedentes que se remontan al debate típico de los setenta sobre la ley y el orden.
El conocido caso de éxito de William Braton en la ciudad de Boston más tarde replicado en la ciudad de Nueva York a pedido del Alcalde Rudolf Giugliani y aunque la estrategia de tolerancia cero fuè anterior, en varios casos vino a representar un punto final al fatalismo de lo que solía llamarse el “nada funciona”; es decir, la policía es incapaz de reducir la criminalidad, las prisiones no rehabilitan, el delito es cada vez más violento y nada de lo que hagamos funciona.
Con la tolerancia cero se decidió poner fin a todo síntoma de impunidad y dejar claro que la ley está ahí para respetarse. Con todo se pretende también alcanzar a los actos de corrupción extremadamente arraigados tanto en el ámbito público como privado. No importa el por qué se delinque, lo importante es hacer valer la ley.
Quien la transgrede se tendrá que atener a las consecuencias, o en otras palabras, “guerra sin cuartel a la delincuencia” era una manera sutil de referirse a “tolerancia cero”.
En estos casos se trató de convencer a los ciudadanos de que se lo viera como algo positivo, que ayudará a recobrar las calles ahora ganadas por la delincuencia.
En suma, la tolerancia cero es una ideología sobre el delito que abreva de principios morales.
Analizando en la historia recciones como la ley del Talión “quien mata debe morir” o la del Far west que terminaban con el “dale otra mano de bleque”, evolucionaron en la década de los 80's con la “declaración de guerra al crimen” en EE UU, apalancados con una era tecnológica que supondría, a esta altura problemas de seguridad superados (cosa que no ocurrió).
La realidad demuestra que la problemática multicausal de la inseguridad no se soluciona con más cámaras. Básicamente endureciendo penas, privatizando y ampliando el servicio penitenciario.
La gran duda es si en nuestros países hispanoparlantes existe el liderazgo necesario para convencer sobre la necesidad de cambios.
Cambios que deberían comenzar por el poder legislativo, particularmente para Argentina de los últimos 200 proyectos de que estuve mirando en la página del Congreso Nacional ninguno trata siquiera tangencialmente algo que ayude a mejorar la situación de la seguridad.
Entonces podría concluir que los problemas de inseguridad no son significativos o que los representantes del pueblo, están aislados de este y no representan sus intereses.
La seguridad es un componente indispensable para el desarrollo económico como lo es la educación para vivir en estado de libertad, de paz y bienestar. Tal vez haya que esperar a que “la sangre llegué al río” para que una parte mayoritaria de la gente y sus representantes comiencen a pensar y hablar del tema.
Si ese momento llegara convendría analizar las experiencias de otras sociedades asumiendo que siempre es mejor una buena copia antes que un mal invento.
Inventos que ya se hicieron y solo sirvieron para que algunos vivos parte del problema (corrupción) se enriquezcan ayudando al marketing político vacío de soluciones.
Si ese momento llegara, sería necesario un acuerdo que defina para el largo plazo lo que está bien y lo que está mal.
Luego establecer en los códigos penas a quienes hacen el mal e incentivos a quienes el bien.
Lo más maravilloso de esto es que no son necesarios recursos económicos sino consciencia en la valoración de cuestiones como el respeto, la educación y la transparencia.
Ya existe la tecnología necesaria que permitiría la transparencia para detectar las desviaciones en los procedimientos, basados en metodologías probadas por las normas y las buenas prácticas.
Mientras esperamos que ese momento llegue, los profesionales agrupados en la ONG monitoreo.com, nos adelantamos ofreciendo una solución gratuita para SEGURIDAD ENTRE VECINOS con las características detalladas en www.monitoreo.com/RSE
Creemos que hacer “seguridad por mano propia” puede adelantarse a las consecuencias, que de seguir el proceso actual, de manera inevitable permitirán observar cada vez más frecuentemente casos de “justicia por mano propia” como el desenlace inevitable de una tendencia aparentemente irreversible.
Un uso distinto de herramientas recientes (10 años) desafía a lo establecido y como un efecto disruptivo nace la SEGURIDAD 4.0
La SEGURIDAD 4.0 consiste en una nueva generación de soluciones basadas en el uso de la inteligencia artificial (1) fruto del desarrollo tecnológico por un lado y de la participación de la gente (2) que interviene en todos los estratos y niveles de un sistema.
La seguridad 3.0 se caracteriza por basarse en centros de control donde convergen la información de cámaras, alarmas y operadores humanos que trabajan intermediando en la información analizando imágenes de video y señales de alarmas notificando de los hechos a quien corresponda y dando avisos a la autoridad de aplicación.
En la SEGURIDAD 4.0 los centros de monitoreo no existen, son reemplazados por sistemas 100% integrados en la nube de internet. No hay operadores que trabajen para los sistemas sino Asesores que trabajan con los humanos detectando necesidades, organizando y configurando sistemas que realizan verdadera prevención minimizando la ocurrencia de hechos que requerirían una reacción.
Con toda la inteligencia artificial 100% en la nube, el big data y la automatización (1) la inteligencia artificial actúan comunicando inmediatamente mediante redes IP, a quienes deben actuar (robots y humanos) sin necesidad de monitores ni operadores eliminando el espacio físico, los tiempos muertos y los errores.
En este nuevo paradigma, la figura del ASESOR es el rol más importante para el armado de “centrales de monitoreo virtuales” para grupos de afinidad.
En seguridad 4.0 la tecnología está al servicio del humano y no al revés.
Contrariamente a la seguridad anterior donde la información estaba restringida al usuario, la información fluye de forma automática por IP entre sistemas fijos, la nube de internet y las aplicaciones móviles (www.monitoreo.com/apps).
Rescatando lo indicado en el punto 5.- de la norma ISO 31000 que dice; “la seguridad no se compra ni se vende sino que se hace entre todos los actores participantes, responsables en distintas formas y especialmente con los destinatarios de un bien cada vez mas escaso.”
• Consultor en seguridad, docente inversor en proyectos de seguridad. Creador de la APP Mi Alarma. CPP. www.monitoreo.com www.modestomiguez.com