Más de 20 molinos harineros de Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Buenos Aires participaron; junto a autoridades nacionales y provinciales, de la edición número 20 de la Fiesta Provincial de la Harina en Matilde, Santa Fe, donde además el sector pidió la simplificación burocrática, la participación en la mesa paritaria y el fin del FETA.
El director Ejecutivo de Molinos Pyme, Oscar Marino, aseguró: “Tenemos el conocimiento, los recursos materiales y el talento. No pedimos ningún privilegio, sino que el Estado desde sus distintos organismos genere las condiciones que permitan a las pymes estar abocadas a lo que saben hacer: producir, producir y producir”.
Durante la mesa de debate los molineros pidieron que se simplifiquen y eliminen las altas cargas impositivas que los afectan, ya que un molino pequeño y uno grande paga los mismos tributos. Además, comentaron que tienen una superposición de regímenes de información que debe ser simplificado. Distintos organismos nacionales y provinciales piden datos similares.
Estuvieron presentes el senador Nacional Dionisio Scarpin; la diputada Nacional Carolina Castets; el secretario de Agricultura y Ganadería de Córdoba Marcos Blanda; el director General de Desarrollo Sostenible Santiago Dellarossa, Josefina Masola del Ministerio de Producción de Santa Fe; autoridades comunales y representantes de las distintas cadenas del trigo y referentes del agro.
Otro tema que se destacó fue la oposición al Fondo Estabilizador de Trigo Argentino, más popularmente conocido como FETA que fue creado en el 2022 bajo la promesa falsa de contener el precio del pan. La asociación se resistió desde el primer momento al funcionamiento del mismo.
El tiempo y los hechos les dieron la razón: la incidencia del trigo en el precio del pan es marginal, el FETA no estabilizó el precio del kilo de pan, y por lo tanto no ayudó a los sectores más vulnerables.
Esta política sólo distorsionó el mercado y terminó favoreciendo a los molinos más grandes en detrimento de los más pequeños. Fueron muy pocas las empresas que ingresaron y logramos meter el tema en la discusión pública y demostrar que cuando estamos unidos podemos evitar este tipo de atropellos a nuestro sector.
También, mencionaron los desafíos globales vinculados al cambio climático.
Debido a la seca en la zona núcleo y región central la producción de trigo de la cosecha 2022/2023 fue menor y eso significó menor volumen comercializado y de calidad despareja. Con las escasas lluvias, y casi nulas en algunos sectores, no se prevé un mejor panorama para la cosecha que está pronta a comenzar.
La mitad del trigo de la región núcleo está entre regular y malo.
El agua fue insuficiente y se observan los primeros lotes que se utilizarán para pastoreo. En las áreas más afectadas estiman rindes de 5 a 15 qq/ha. De hecho, el primer lote cosechado de la campaña 23/24 en la provincia de Chaco, que se va a rematar en el marco de la celebración de ALIM en Córdoba, a fin de mes, informó un rinde de 15.6 qq/ha. Ante este tipo de problemáticas el trabajo en conjunto con el sector público y la inversión en nuevas tecnologías que permitan optimizar y aprovechar las escasas lluvias deben ser ejes centrales de cara al nuevo periodo de gobierno.
Por último, plantearon su mayor anhelo: abrir nuevos mercados para la exportación, ya que la industria tiene una capacidad ociosa. “En Argentina se muele la mitad del trigo del que se podría moler” destacaron. Existen las condiciones para fabricar productos con mayor valor agregado (harinas refinadas, premezclas, panificados, pastas secas) que permitiría abrir nuevos mercados, al mismo tiempo que serviría para aumentar los niveles de inversión en infraestructura, contratar más personas y aportar las divisas que el país necesita.