El relato que hizo G., una sargento de la Policía de la provincia de Buenos Aires de 28 años, en la denuncia por violación que elevó ante la Justicia es impactante. No sólo por los detalles del abuso sexual que habría sufrido sino porque, además, reveló quién es el presunto culpable: el subcomisario de la seccional Quinta de la localidad de La Capilla, partido bonaerense de Florencio Varela, el mismo distrito en el que ella cumple funciones como policía.
La denuncia fue realizada este miércoles por la sargento ante la Comisaría de la Mujer y Familia de Florencio Varela. Según la declaración que brindó G., a la que accedió Infobae, la violación habría ocurrido el domingo pasado hacia las 8 en un departamento que la pareja alquilaba y que usó para encontrarse durante los casi 13 meses que mantuvieron una relación extra matrimonial.
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— Diario San Rafael (@Diariosanrafael) May 19, 2022
Pero todo comenzó el sábado anterior, cuando la mujer había ido hasta la comisaría, donde supuestamente tuvieron relaciones sexuales consentidas. Después, la pareja se dirigió hasta el departamento y fue allí donde, al parecer, se desató la violencia. De acuerdo con lo que denunció, al llegar, el comisario la agarró del brazo, la llevó hasta el baño y le ordenó que se bajara los pantalones para tener sexo nuevamente. G. esta vez le dijo que no, y fue ahí que el jefe policial la sometió brutalmente.
En el medio del forcejeo, el arma reglamentaria del comisario cayó al suelo. Al finalizar, como si ya no fuera suficiente, el hombre le dio una palmada en la cola y luego le ordenó a la joven que se fuera a dormir. El hombre le avisó que se retiraría a su casa y se fue.
El relato de la sargento no concluyó ahí. Cuando el oficial que le tomó la denuncia le consultó si se traba de la primera vez que vivía un episodio violento, la joven le dijo que no y contó que supuestamente al subcomisario le gustaban las situaciones sexuales teñidas de violencia y salvajismo. Sostuvo que siempre le agarraba del pelo y le decía “hacémelo a lo Wanda”, para referirse al sexo oral.
Respecto a la relación, G. aseguró que mantuvo un vínculo sentimental con el jefe policial desde el año pasado pero que se trató de un vínculo también marcado por la violencia psicológica. Incluso, aprovechó para denunciar otro episodio grave.
En julio de 2021, la sargento resultó embarazada, producto de la relación clandestina. Cuando el jefe policial se enteró, la habría obligado a abortar con la excusa de que “el bebé había sido un error” y que “si no se lo sacaba, él iba a matarse”.