Luego de la lectura de la sentencia por el crimen de Fernando Báez Sosa, Graciela Sosa, la madre de la víctima, habló y dijo que el dolor que tiene por la ausencia de su hijo es perpetuo, y que le resulta muy difícil perdonar a los asesinos.
Graciela aseguró que salió "muy conforme" con la sentencia que condenó a los ocho acusados por el crimen de su hijo ocurrido hace tres años en Villa Gesell, y que sintió "emoción al escuchar prisión perpetua".
⛔️ El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº1 de Dolores condenó este lunes a prisión perpetua a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi por el delito de homicidio doblemente agravado por predemitación y alevosía. pic.twitter.com/WgcZccihPW
— Diario Crónica (@cronica) February 6, 2023
La mujer admitió que el dolor que siente junto a su esposo por la ausencia de su hijo es "perpetuo" y que le resulta "muy difícil" perdonar a los asesinos y agregó que escuchar que cinco de los imputados fueron condenados a perpetua le trajo “algo de paz”.
"Perdonarlos es muy difícil. A mí me arrebataron un hijo que solamente había ido a divertirse. Mi hijo regresó pero en un cajón cerrado del que nunca más va a salir", expresó la mujer después de haber escuchado la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, que condenó a prisión perpetua a cinco de los acusados y a 15 años de cárcel a los otros tres.
Graciela dijo que “la ausencia de Fernando también es perpetua y el dolor nuestro es perpetuo, para siempre”.
“Después de tanta espera durante tres años, escuchar el veredicto sonó muy fuerte cuando dijo perpetua. Sentí una emoción que también me dio un poco de paz en mi corazón porque sé quiénes fueron los que realmente asesinaron a mi hijo”, afirmó.
Respecto al hecho, la mujer señaló que “eran ocho contra un indefenso” y que su hijo fue atacado “como en una emboscada, atacaron a su persona como una hiena”.
“Siempre tengo presente la forma que le dio la patada y se me presenta en la cabeza la sangre de mi hijo, en la zapatilla, en las ropas. Ellos sabían lo que hacían, disfrutaron el asesinar a mi hijo, llamándole ´negro de mierda´, que ´caducó´. Eso lo tengo muy gravado en mi corazón”, afirmó.
“Hoy estoy muy conforme y puedo sonreír un poco y seguir como podamos nuestra vida, no es fácil. Ya Dios proveerá”, aseguró Graciela, y agregó que “ahora culmina una etapa que hace mucho tiempo esperábamos y se inicia una nueva que de a poco iremos viendo. Ahora haremos nuestro duelo y aprenderemos a convivir con el dolor”.
Graciela contó que siempre fue creyente pero que desde que su hijo fue asesinado en enero del 2020 se aferró más a la religión y a Dios.
“Siempre fui una persona religiosa, pero desde que pasó lo de mi hijo me aferré más a Dios rezando el rosario. Sentí que Fernando desde el más allá me ayuda a estar fuerte y poder sobrellevar este dolor. Es difícil, pero voy aprendiendo a convivir con el dolor porque la verdad extraño muchísimo a mi hijo”, añadió.
La madre de Fernando contó que después de escuchar la sentencia sintió la presencia de su único hijo, a quien vio “muy sonriente”.
“Sentí como una luz como que veía a Fernando muy sonriente, entonces pienso que tengo que dejarlo volar para que descanse. Creo que él no me quiere ver llorando todo el tiempo”, sostuvo, con la voz al borde del llanto.
“Yo como madre y Silvino como padre siempre hemos dicho que no vinimos a buscar venganza sino justicia por nuestro hijo”, remarcó.
Por último, Graciela afirmó “estar destrozada” y que desde que asesinaron a su hijo “no es la misma persona”, que antes “era feliz” y que “tenía proyectos” junto a su hijo y esposo.