Este domingo, una mujer ingresó a una comisaría de la Policía Bonaerense para denunciar que su hija de 15 años había sido violada en grupo por cinco desconocidos mientras se dirigía a un kiosco para cargar crédito para su teléfono en la esquina de 507 y 572 en la zona del barrio Libertad, a ocho cuadras de la cancha de Defensa y Justicia.
Afirmó que tras acosarla la interceptaron, le envolvieron la boca con un trapo, que la “durmieron”.
Luego, la llevaron a una casa abandonada, abusaron de ella y la abandonaron allí. El protocolo de investigación de casos de abuso sexual se inició de inmediato, con un expediente a cargo de la UFI número 8, el juez de Garantías Diego Agüero y el secretario Martín Grizzuti. El análisis médico reveló un desgarro en la zona genital.
Ayer, la Policía Bonaerense arrestó a dos sospechosos por el hecho, un hombre de 43 años en situación de calle -que se refugia en la casa abandonada donde habría ocurrido el hecho- y otro joven de 19 años que suele ser visto en el barrio, aseguraron fuentes del expediente: fue entregado por su propia madre en la comisaría de la zona.
La casa abandonada también fue allanada. Allí, se encontró una sábana. Confrontados por el juez Agüero, ambos sospechosos se negaron a declarar. Los agresores conocían a la víctima, según las mismas fuentes: la llamaron por su nombre al pasar antes de interceptarla.
El propio hermano de la menor fue clave para identificarlos. Los conocía del barrio. Así, buceó entre posteos de Instagram hasta encontraron con la imagen de uno de ellos, y se la mostró a la menor tras el ataque.
La declaración de la madre, que repite los dichos de su hija -que aún no atravesó una declaración en cámara Gesell- es otro punto clave en la causa. Infobae accedió a ella en forma completa.