Gustavo Machado, nacido en Paraguay, de 34 años, vendía medias en la calle en la zona de San Justo.
En septiembre de 2018, el vendedor ambulante dejó de atender el teléfono. Su familia no sabía dónde estaba.
Entonces, comenzaron a buscarlo. Escribieron un pequeño texto acompañado de su foto, que circuló por WhatsApp y diversas redes sociales.
“Tenía una mochilita lila con gris. Una pantalón negro, zapatillas verdes con negro. Urgente, por favor, la familia lo está buscando. Nadie nos dice nada. Tampoco las autoridades”, dijeron.
Poco después, Gustavo fue encontrado muerto en la calle, en el cruce de Camino de Cintura y Condarco. Lo habían matado. La cámara de seguridad de un comercio de la zona filmó el crimen.
No lo habían apuñalado, no le dispararon en el pecho o en el cráneo. Fue tal vez peor: una patota de tres delincuentes lo arrojó abajo de un colectivo de la línea 406 para que lo pise, en medio de un ataque piraña para robarle.
Machado forcejeó, se resistió, no les iba a entregar nada. Así, lo echaron a las ruedas. No solo eso: también lo golpearon. Uno de los atacantes lo tomó de la espalda, mientras otros lo atacaban sin chance de que se defendiera.
El caso quedó en manos de la UFI de Homicidios de La Matanza, en ese momento a cargo del fiscal Claudio Fornaro, bajo la firma del Juzgado de Garantías número 2, uno de los homicidios más viles en la historia reciente del Conurbano. Un joven fue arrestado poco después y negó su participación en el hecho. Faltaba el principal sospechoso.
Casi cinco años después, ese sospechoso cayó. Gastón Oscar Corbalán, “El Paleta”, 46 años, ex empleado de una constructora. fue capturado en Florencio Varela por detectives de elite de la División Homicidios de la Policía Federal, que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales.