Cinco agentes de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han sido detenidos acusados de encubrir la muerte de Lucas González, un adolescente de 17 años que fue asesinado de un disparo por miembros de una brigada de la misma fuerza la semana pasada en el barrio de Barracas. Otros tres agentes habían sido previamente arrestados por la muerte del adolescente.
Las detenciones se llevaron a cabo después de que el juez de la causa, Martín del Viso, aceptara la petición de los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim, éste último titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin).
Los detenidos son 3 comisarios, el subcomisario Inca, responsables de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4; y un principal. También se ha emitido orden de detención contra la policía Lorena Miño, quien no fue localizada en su domicilio y está prófuga.
Los fiscales consideran a los policías señalados como sospechosos de los delitos de "encubrimiento agravado, privaciones de la libertad agravadas y falsedades ideológicas".
Los investigadores creen que entre estos efectivos está quien puso un arma de fuego de plástico en manos de las víctimas y quienes elaboraron el sumario policial con la información falsa de una persecución y tiroteo.
En el vehículo en el que se desplazaba González junto a varios amigos fue hallada una réplica de arma de fuego con la inscripción "The Punisher" que habría sido colocada por los agentes para simular un enfrentamiento.
El abogado de la familia de la víctima, Gregorio Dalbón, había pedido la detención de los encubridores. "Los que se encargaron de plantar el arma no son los mismos que se encargaron de matar a Lucas", afirmó en declaraciones a la prensa.